Hasta ahora, las transferencias bancarias en Europa tardaban al menos un día hábil en llegar al destinatario, con la opción de transferencias urgentes a un costo elevado. Las transferencias internacionales podían demorar entre 2 y 7 días, afectando la agilidad de las operaciones financieras.

Cambios con el nuevo reglamento

La nueva normativa europea cambia radicalmente este panorama. Los bancos deben garantizar que el dinero llegue al destinatario en 10 segundos, sin importar el momento en que se realice la transferencia. Además, se informará al cliente en otros 10 segundos si la transferencia se ha completado.

Costos de las nuevas transferencias

La norma establece que los cargos que pueden cobrar las entidades financieras no pueden ser superiores a los aplicados para las operaciones de transferencia convencionales.

Seguridad en las transferencias

Se implementan medidas para garantizar una mayor seguridad en las transferencias, incluyendo la verificación de la identidad del destinatario y la prevención de posibles fraudes relacionados con el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo. Se permite al cliente fijar un importe máximo para las transferencias instantáneas en euros.

Fecha de aplicación

La norma contempla un período transitorio para su implementación en los países de la zona euro, con nueve meses para que los bancos estén listos para recibir transferencias instantáneas y 18 meses para enviarlas.

Impacto positivo

Estas medidas son valoradas como muy positivas para los consumidores y las empresas de la zona euro, ya que agilizan las operaciones financieras y eliminan las largas esperas para acceder al dinero transferido, lo que favorecerá la actividad económica a medio plazo.

Fuente: Arag