Como veréis, el sistema elimina el tedio y la inseguridad de las contraseñas. Ahora bien, ¿es un sistema totalmente seguro o carente de desventajas? Claramente, la respuesta es no. Lo primero es que genera un par de claves por cada usuario y cada dispositivo desde el que se conecte, lo que quiere decir que hay que registrar, en el inicio, una clave por cada dispositivo desde el que se pretenda acceder. Esto se ha intentado solucionar con unas llaves USB denominadas llaves FIDO *, que buscan hacer que el propio USB sea el único dispositivo, pudiendo conectarte desde cualquier sistema que admita un USB. Por otro lado, tienen la desventaja de que, con acceso al móvil y una persona que tenga su huella metida, se podría suplantar la identidad del acceso (se entiende que una persona a la que hemos incluido su huella en nuestro teléfono es de confianza pero ¿qué hay de un móvil de segunda mano que vendemos y no borramos adecuadamente?). Por último, los sistemas biométricos, aunque seguros, no son invulnerables a fallos o a fraude (moldes del dedo en 3D, fotografías que engañan al FaceID, etc.).
En resumen, conociendo las debilidades que el propio sistema tiene, creo que sigue siendo una mejor solución que cualquiera de las todavía hoy más usadas (es una mera cuestión de probabilidad), por lo que invito a cualquiera de vosotros a que profundice en su uso pues es posible que, si los usuarios nos familiarizamos rápido con el concepto, lo podamos empezar a emplear de manera más intensiva, incluso en las empresas, para beneficio de todos.